Las investigaciones educativas que incorporan enfoques de vanguardia se caracterizan por recopilar y analizar datos, repensando y ampliando los límites de los métodos y técnicas más tradicionales y genuinas en educación. Las metodologías emergentes asumen el reto de la digitalización y de la investigación en entornos tecnológicos, como el análisis de redes sociales y el empleo del big data, las narrativas digitales, las autoetnografías críticas, netnografías y etnografías performativas. También las metodologías feministas, participativas y visuales o la investigación basada en las artes se abren paso con importantes retos teórico-prácticos. Estas y otras propuestas novedosas (investigación poética, contemplativa, …) presentan la necesidad de fusionar procesos metodológicos de recogida de información y análisis cuantitativos y cualitativos, es decir, de enfoques mixtos, que sigan estrategias de rigor específicas y que perfilen nuevas prácticas científicas y éticas en la investigación educativa actual.