El desarrollo de la Inteligencia Artificial es un presente que perfila un futuro próximo donde el grado de incertidumbre es alto. No disponemos de herramientas previamente validadas para hacer frente a los retos que se nos presentan, pues son situaciones completamente nuevas para el ser humano. Ejemplo de ello es la investigación que está realizando el MIT sobre cómo programar la actuación de un coche autónomo en caso de fallo de frenos, los avances en chips que prometen la inmortalidad, el algoritmo que se presentó a la alcaldía de una ciudad de Japón, quedando en tercera posición, o los avances en los llamados gemelos algorítmicos para evitar la corrupción política.
Desde el ámbito de la filosofía moral estamos ya de lleno investigando sobre las implicaciones éticas de este futuro.
Frente a este nuevo e incierto panorama, la educación cobra un papel fundamental. Siempre lo ha tenido, pues es la principal herramienta de transformación social pero, en estos momentos, es preciso replantearlo para ajustarlo a nuevas realidades.
Desde esta perspectiva, esta ponencia se vertebra en torno a tres elementos.
El primero es la neuroeducación. Los avances en neurociencia han aportado valiosos conocimientos ya consolidados que nos explican cómo funciona nuestro cerebro durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Asumir e incluir estos conocimientos es tarea de la neuroeducación, haciendo más eficiente dicho proceso.
El segundo, que ha de ir intrínsecamente ligado al primero, es la necesidad de dar un lugar primordial en el sistema educativo a la educación ética. De ahí la propuesta de esta ponencia, neuroeducación en virtudes. Las virtudes, tomadas en un sentido aristotélico -como buenos hábitos que te conducen hacia el bien-, se revisan aquí desde la ética discursiva, dirigiéndolas, no hacia la noción de bien, sino hacia la noción de justicia global, volviéndolas procedimentales y universalizables. La neuroeducación en virtudes consiste en trasladar al ámbito educativo los avances que ofrecen los nuevos hallazgos neurocientíficos a la forja del êthos. El êthos es el carácter ético que vamos forjando con la educación como herramienta. La neuroeducación en virtudes busca transformar nuestro discurso público, que versa en torno a valores universalmente compartidos, en acciones éticas en el ámbito de lo público, pero también de lo privado.
El tercer elemento es el que aúna los dos primeros y los proyecta hacia el futuro. La neuroeduación en virtudes ha de fomentar el desarrollo de la autonomía y el pensamiento crítico, pero también el pensamiento creativo. Ante retos tan novedosos como los citados, precisamos de una estructura de pensamiento divergente, creativa. Las soluciones conocidas no nos sirven en un cambio de paradigma. Este pensamiento creativo ha de estar sólidamente sustentado en la ética. Pero tomando la ética en su especificidad propia, abordada desde el rigor que exige la propia disciplina y otorgándole el lugar que necesitamos darle en la sociedad para no perder de vista la brújula moral de la que ya hablaba Kant.
Así, abordar cómo trabajar el pensamiento creativo con fundamentación ética desde la neurociencia, es el objetivo principal de este trabajo.
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Ponencia Online
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Mireya Sarahí Abarca Cedeño
Comentó el 17/07/2021 a las 03:12:36
Hola María José.
Felicidades por la ponencia, considero que es un tema muy importante y necesario, pues a menudo, en el afán de agilizar la resolución de problemas se pasan por alto muchos criterios éticos que son esenciales en la educación para la ciudadanía y la convivencia. La formación de docentes y, más allá, de las familias, así como el trabajo en colaboración es fundamental; los dilemas éticos, como mencionas en el comentario anterior, me parecen una excelente herramienta, junto con filosofía para niños.
Gracias por tus reflexiones y por compartir en este espacio.
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María José Codina Felip
Comentó el 17/07/2021 a las 13:08:10
Muchas gracias a ti por tus comentarios y aportaciones.
Un abrazo,
María José
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Estefanía Cestino González
Comentó el 14/07/2021 a las 23:48:27
Muy interesante su comunicación. Quisiera preguntar: ¿Qué estrategias metodológicas recomendarías a los docentes para potenciar en el aula la creatividad y el pensamiento crítico? ¿propones ejemplos de actividades con el alumnado en el capítulo? Gracias.
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María José Codina Felip
Comentó el 15/07/2021 a las 08:44:07
Muchas gracias Estefanía,
La principal estrategia metodológica que propongo es la ejemplaridad. Según la neurociencia, aprendemos realmente de aquello que vemos y queremos imitar (con el ejemplo), no de la palabra. Por tanto la/el docente ha de ser en sus clases creativo y ejemplo de pensamiento crítico. Como punto de partida cabe decir que esta es la herramienta más potente. La ejemplaridad es clave.
Por otra parte, entrando a cuestiones más concretas y ejemplos de actividades, el trabajo con dilemas es muy útil, primero en grupo pequeño y luego ya puesta en común en grupo grande. La finalidad del trabajo con dilemas morales es principalmente ejercitar la reflexión. El pensamiento crítico y la creatividad son hábitos que precisan, como todo hábito, de repetición y, en este caso de entrenamiento. En las primeras sesiones de trabajo con dilemas éticos, al alumnado le cuesta mucho participar y tienden a dar respuestas cerradas y poco reflexivas. Tal como va avanzando el curso, se convierte en una dinámica habitual y las preguntas, cuestionamientos y el hecho de intentar entender un problema desde distintas perspectivas se convierte en hábito adquirido que luego trasladan fuera del aula a otros aspectos de su vida.
Otra estrategia muy útil es la metodología Lipman del programa Filosofía para Niños.
Son un par de propuestas concretas, entre otras muchas, que resultan de gran utilidad y que solo requieren de un cambio de mirada por parte del profesorado, sin obviar la formación necesaria, claro está, para ello.
Un abrazo,
María José Codina
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